La industria de alimentación y bebidas ocupa el primer puesto en el ranking de sectores industriales de nuestro país desde que alcanzara en 2016 máximos históricos en lo referente a producción, empleo y exportaciones (según el Informe Económico Anual del sector correspondiente a 2016).
Este es uno de los sectores de más relevancia en nuestro país, y que está experimentando una mayor evolución; sin embargo, ¿está el sector de la alimentación progresando en todos los sentidos? Informes recientes apuntan a que aún queda mucho qué hacer para dotar a esta industria de la automatización y la conectividad que caracterizan al nuevo paradigma de los pilares de la Industria 4.0.
Eaton, repasa las ventajas que el nuevo paradigma productivo puede aportar a la industria de la alimentación y bebidas tanto en materia de rentabilidad, productividad y eficiencia como a la hora de facilitar la experiencia de los trabajadores y garantizar su seguridad, atendiendo siempre en paralelo a objetivos de sostenibilidad.
La clave para lograr la optimización de la eficiencia en la industria de la alimentación reside en una buena monitorización de los consumos de los recursos en cada instalación y en su posterior análisis, de forma que se puedan determinar las oportunidades de mejora.
La conectividad constituye un factor indispensable para la innovación en la mejora de la eficiencia, ya que eleva casi infinitamente las posibilidades de análisis.
Los sistemas productivos aumentan en complejidad al tiempo que mejoran sus prestaciones para acercarse al ideal de automatización, sin embargo, no se puede olvidar que el hombre detrás de la máquina continúa siendo el activo más valioso en el proceso productivo. Es el trabajador quien programa, guía, dirige y supervisa a la máquina para asegurar que esta cumple su cometido. Así, es imprescindible que las instalaciones de una industria orientada a la automatización casi total de los procesos sean, además de seguras, fáciles de operar.
“Es preciso superar la resistencia al cambio y abrazar la adopción de nuevas tecnologías IoT, protagonistas de las fábricas inteligentes de la industria 4.0, para permitir un análisis del ‘data’ cada vez más exhaustivo y en tiempo real que permite garantizar la seguridad (de personas y equipos), mejorar la productividad, los procesos, la eficiencia energética y las tareas de mantenimiento y disponibilidad, además de garantizar un futuro más sostenible”.
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