Facturan más, venden más, crean más valor añadido y pagan mejor a sus trabajadores.
La inversión en la robotización y en la promoción de la innovación es una apuesta segura para las empresas industriales, tal como constata un estudio de Joan Torrent, catedrático de Economía e investigador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), publicado en Nota d’Economia tras analizar la actividad y los resultados de 1.190 empresas catalanas durante 25 años (1991-2016).
El progreso tecnológico se abre camino en los centros de trabajo y los robots han doblado su presencia en el tejido empresarial catalán durante las últimas dos décadas, tal y como confirma el informe. Si en los años noventa solo dos de cada diez empresas (19,3 %) tenían alguno de sus procesos automatizados mediante un robot, esta proporción sube hasta cuatro de cada diez (39,4 %) en 2016. Contar o no con este tipo de maquinaria es una ventaja competitiva decisiva para las empresas, dado que las que no están robotizadas son el 75,5 % menos eficientes que las que sí lo están.
Según indica el autor, a las empresas, en general, les falta una perspectiva más amplia y una lectura más integral de las nuevas realidades económicas y no consiguen traducir en mejores rendimientos el hecho de compaginar la inversión en robótica e innovación empresarial con la actividad tradicional.
Torrent acredita que las pequeñas y medianas empresas realizan una inversión considerablemente menor que las grandes empresas en robotizar e innovar, lo que se traduce en peores balances y en el riesgo de acabar dibujando un mapa empresarial dividido entre aquellas que tienen capacidad de mantenerse actualizadas ante los cambios tecnológicos (y esto les permite seguir incrementado los ritmos de productividad) y aquellas que van atrasadas, la mayoría con claros problemas y dificultades para seguir el ritmo de la transformación tecnológica.
Fuente: El Economista