A pesar de la influencia negativa que tendrá la aparición del virus SARS-CoV-2 a nivel mundial y en general en todos los mercados, el sector de la robótica industrial ha aumentado, aumenta y seguirá haciéndolo en los años venideros y a lo largo de todo el siglo XXI. Es más, esta pandemia ha favorecido el cambio de mentalidad de muchos directivos respecto a la robótica industrial. Tal vez pueda parecer contradictorio porque supone una alta inversión pero, en realidad, el virus está potenciando y fomentando la instalación de robots inteligentes en muchos sectores de producción. ¿Por qué se está produciendo este cambio? Principalmente por dos razones: para ser más eficientes y para evitar grandes parones en las cadenas productivas por falta de personal humano.
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Ya en años anteriores diversos organismos nacionales e internacionales como la Asociación Española de Robótica y Automatización o la Federación Internacional de Robótica publicaban varios estudios donde se preveía el crecimiento de este sector a nivel mundial. España no se está quedando atrás en la instalación y uso de robótica industrial, y junto con otra serie de países europeos como Alemania, Francia e Italia y del resto del mundo (China, EEUU, Japón, Corea del Sur) encabeza las listas de parques de robots. Por ejemplo, en el año 2018, en España había instalados 53.000 robots industriales. Es decir, existían 16,8 máquinas por cada 1.000 trabajadores. Según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya, un 40% de la industria española utiliza robots y, tal y como hemos comentado, este porcentaje irá en aumento cada año.
Aunque el primer robot industrial llegó a España de la mano de Inser Robótica en 1973, se ha ido produciendo un cambio gradual en cuanto a la instalación y uso de robótica en la industria española desde entonces. Según los parámetros establecidos por la IFR, sólo se puede realizar una analítica y estadística con los datos acumulados de los últimos 12 años. Es decir, podemos contabilizar el número de robots industriales instalados desde, más o menos, principios de los años 2000 para poder sacar algunas conclusiones. El último estudio realizado por la AER es del año 2017, por lo que debemos situarnos como punto de partida en el año 2004.
Una vez leído y analizado el estudio, estas son las tres conclusiones más importantes en torno a la situación robótica industrial en España:
Con un total de 1.840 unidades instaladas, la tarea que más ha sido automatizada a lo largo de los últimos años ha sido la de la carga y descarga de materiales y otros elementos. Como hemos comentado en alguna otra ocasión, los robots están siendo utilizados para ayudar a los operarios en las labores más rutinarias y pesadas.
Las clean room todavía se resisten a la instalación y uso de robots industriales. Sólo hay 66 dispositivos destinados a este tipo de actividad.
La usan en el ámbito del textil y del calzado, del mobiliario, del papel y derivados, del caucho y plásticos, de aparatos de consumo y domésticos… Pero, de entre todos ellos, hay que destacar los sectores que lideran el listado por porcentaje de instalaciones: el de la automoción, el de la metalurgia y el de la alimentación. Sin duda alguna, la automoción lidera este podio, con un 48% de robots incorporados, seguido por el de la metalurgia (19%) y el de la alimentación. (13%).
Aunque podríamos tomar muchos ejemplos, los siguientes nos han parecido muy ilustrativos.
Pharmaloop es una empresa madrileña que se dedica a la producción de bienes farmacéuticos. Gracias a la inversión realizada en robótica industrial, la producción de Cristalmina, un producto muy comercializado en España, ha pasado de 2,5 millones anuales a 15 millones. Como consecuencia, la empresa va a poder internacionalizarlo y venderlo en más de 26 países europeos y abrirse paso en el mercado asiático.
La gran mayoría de los robots que se utilizan en el sector alimentario trabajan en las fases de corte y de envasado de productos. La empresa Gimar, que comercializa salmón de distintas maneras (en forma de hamburguesa, de tartar, ahumado…) utiliza la robótica industrial para conseguir un envasado perfecto, que ayuda a que el producto no se deteriore y no se oxide tan fácilmente. De todos los envasados, podemos destacar el de SkinPack + Airbag.
El sector agrícola también hace uso de robótica industrial para mejorar sus procesos de producción. Un claro ejemplo de empresa que apuesta por la tecnología es Florette, que desde hace años es pionera en la instalación de tecnología que ayuda en el envasado, la detección de plagas o máquinas clasificadoras de frutas y hortalizas.