Si hay una tecnología que ha revolucionado la industria de manera constante durante los últimos ochenta años, es la de la robótica industrial. Aunque actualmente estamos muy acostumbrados a que forme parte de la cadena de producción de las empresas, la robótica industrial moderna ha sufrido una evolución rápida a lo largo de los siglos XX y XXI.
Actualmente nos encontramos en lo que se denomina como la era de la Industria 4.0 o Cuarta Revolución Industrial. Esto nos indica que ha habido tres revoluciones o tres tipos de industria previas al momento en el que nos situamos. Cada una de ellas está caracterizada por la introducción o uso de alguna técnica o material que permitieron los avances que han contribuido a lo que hoy conocemos. Sin duda alguna, lo que caracteriza a la Industria 4.0 es el uso de robots industriales.
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En la década de los años 30 del siglo XX (1937 para ser más exactos) el estudiante británico Bill Taylor creó el robot Gargantua, un robot con forma de grúa para el que utilizó componentes que se usaban en los juguetes de Meccano. Este robot se utilizó para la colocación de productos, lo que en lenguaje industrial se conoce como pick & place.
Se programó con cinta de papel y motorizado con un único motor eléctrico. Gargantua era capaz de apilar bloques de madera en patrones programados. Por su parte, en el año 1938, la compañía Devilviss construye el primer robot con forma de brazo articulado para pintura en espray. En la feria anual de Nueva York de 1939 ya se presentaron robots para uso industrial y para ocio. Esto supuso el inicio de una de las industrias más interesantes de la Historia.
No fue hasta mediados del siglo XX, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando se empezaron a utilizar los primeros robots industriales de gran tamaño. Estaban destinados a tareas pesadas y repetitivas que consistían en movimientos simples.
A principios de los años 60 (1961) la compañía estadounidense Unimation, propiedad de Joseph Engelberger y George Davol, dirigió el desarrollo del primer robot de transferencia programable.
General Motors, una de las empresas pioneras en el uso de robótica industrial, utilizó las licencias de Unimotion para incorporar a su cadena de producción un brazo robótico que ejecutaba una de las tareas más peligrosas para los operarios: el levantamiento de grandes piezas de metal caliente y su posterior colocación en líquidos refrigerantes.
Años más tarde, en 1968, el grupo Kawasaki, se erigió como el líder en robótica industrial en Japón, también por la compra de licencias de la americana Unimotion. Sumado a esto, en el año 1969, Víctor Scheinman desarrolla el Standford Arm, un robot ligero en forma de brazo multiprogramable para diversas tareas.
Para década de los 70, Unimotion ya se había extendido a Europa, donde Suecia y la compañía Nokia lideraron la implementación de robótica industrial, y había sacado al mercado los robots de soldadura, capaces de montar y soldar 110 automóviles por hora. En 1975, nació en Europa el ASEA IRB, un robot totalmente eléctrico que utilizaba tecnología Intel. En el 78, Unimotion y Vicarm, la empresa de Víctor Scheirman (creador del Standford Arm), fabricaron y lanzaron al mercado el robot PUMA, que se utilizaba para las líneas de ensamblaje de General Motors.
Los años 80 supusieron una explosión en el desarrollo de la robótica y su década es considerada como el inicio de la Era Robótica, y es que su fabricación y venta aumentaron en un 80%. Se considera que empezó a sembrarse en esta época la semilla que luego haría surgir la robótica inteligente que hoy en día conocemos. Con la tecnología adecuada y el uso de inteligencia artificial, los robots han ido ganando independencia en sus tareas y han ido cooperando con el ser humano, tomando decisiones en tiempo real.
Los años 90 y 2000 han servido para que la robótica de la industria siga en la misma dirección y creciendo a pasos agigantados. La globalización, ocurrida en parte por la internacionalización de muchas empresas, ha contribuido a que se demanden y produzcan muchos más bienes de consumo que hace unas décadas. En su búsqueda de la máxima productividad y eficiencia, las grandes organizaciones utilizan lo que se denomina robótica inteligente para producir mayor cantidad a menor precio y para solucionar problemas de la vida cotidiana. Es decir, para facilitar la vida a los seres humanos.
La robótica inteligente supone una evolución de la robótica industrial gracias a tecnologías como el Big Data, el IoT, y los sistemas de visión artificial y la inteligencia artificial.
En 2017, la Federación Internacional de Robótica preveía que en 2020 habría alrededor de tres millones de robots industriales alrededor del mundo. Fabricantes como EPSON, KAWASAKI, YASKAWA, FANUC, OMRON, ABB o KUKA lideran la fabricación de robótica industrial.