Una de las industrias que más está creciendo en los últimos tiempos es la dedicada al control de calidad de los alimentos. Esto es debido a que la correcta producción de cualquier producto alimenticio depende de este control para cumplir con los estándares mínimos de calidad que dicta la ley.
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El control de calidad de alimentos es el proceso que sirve para diferenciar entre alimentos aptos para consumo humano y los que no son aptos. Es una actividad reguladora de obligado cumplimiento, y su fin es proteger al consumidor y garantizar que se cumpla a la perfección con los requisitos mínimos de calidad y de inocuidad alimentaria, así como contar con su posterior etiquetación de forma precisa de acuerdo con las disposiciones de ley.
Para realizar estos controles, se utilizan parámetros tecnológicos, físicos, químicos, microbiológicos, nutricionales y sensoriales para conseguir que un alimento sea sano y sabroso. Por suerte, hoy en día contamos con una tecnología muy eficaz para realizar estos controles de forma rápida y precisa. Más adelante nos centraremos en los sistemas de visión artificial que se están utilizando para dicho fin, pero primero vamos a entender cómo son los niveles de calidad en la industria alimentaria.
Estos son los niveles de implementación de un programa de calidad:
Primer nivel de calidad
Control de calidad del producto. Se realiza un control en todos los ámbitos como son el control de materias primas, control del proceso de producción y control de productos terminados. El mayor inconveniente de este control de primer nivel de calidad es que los defectos son descubiertos tarde, o bien cuando la materia prima ya ha sido recibida o bien al final del proceso de producción.
Es el denominado aseguramiento de la calidad y es un sistema basado en la prevención. Se realizan evaluaciones continuas cuya función es la de reducir los errores y garantizar la calidad.
Gestión de la calidad que se aplica a todas las actividades de la empresa, no solo al producto final y debe contar con la implicación de todos los empleados de la empresa. Por lo general, la gestión de la calidad se basa en las normas internacionales ISO 9000.
En la actualidad cada vez se usan más sistemas de visión artificial para el control de calidad de los alimentos. Estos sistemas están equipados con mecanismos de detección espectral que son capaces de reconocer al instante, y de manera no invasiva, elementos que puedan no ser inocuos, comprometiendo la salud del consumidor o elementos que afecten a la calidad del producto final.
Cada vez más empresas alimentarias apuestan por estos sistemas de inspección ya que son capaces de inspeccionar tanto el exterior como el interior de los alimentos de manera segura y fiable en un tiempo muy corto.
Estos sistemas son capaces de inspeccionar tanto el interior como el exterior de los alimentos y detectar fácilmente los desperfectos y así poder desechar los productos que no están en perfectas condiciones y ofrecer al mercado solo productos de calidad.
Automatizar la inspección de envases y empaquetados con esta tecnología permite detectar los desperfectos como pueden ser paquetes mal empaquetados, botellas mal selladas, latas dañadas, cantidades incorrectas del producto en el envase, etc.
Con la utilización de sistemas de visión artificial se puede detectar la presencia de objetos extraños en las cadenas de producción. Esto es sumamente importante para garantizar la seguridad y calidad del producto.
La implementación de sistemas de visión artificial para el control de calidad en alimentos tiene numerosas ventajas, pero, aquí os dejamos las más destacables:
Los sistemas de clasificación de alimentos basados en visión artificial son muy consistentes en la clasificación de productos buenos y malos, separación de envases correctos e incorrectos y clasificación por gradación.
Cada vez es más difícil encontrar mano de obra especializada que quiera hacer estos trabajos de inspección de manera visual clásica y por tanto los sistemas de inspección por visión artificial son imprescindibles. Es fundamental que los operarios se formen correctamente para el uso de estos sistemas, pero una vez que conocen su funcionamiento, mejora mucho la forma de trabajo de los operarios.
No es necesario contratar a un equipo con conocimientos técnicos de alto nivel ya que, esta avanzada tecnología incluye sistemas auxiliares de cálculo, que se encargan de la parte complicada del análisis.
El análisis del producto mediante la visión artificial se realiza en tiempo real y se adaptan a volúmenes de producción muy altos.
Estos sistemas de visión artificial pueden ser configurados para medir distintas características dependiendo de lo que nos interese analizar. Las posibilidades a analizar son muchísimas, algunas de ellas son la identificación de la composición (grasa, humedad, proteína), las propiedades internas (defectos, oxidación, textura) o la detección de contaminantes (materias extrañas, aflatoxinas).
Estos sistemas son muy flexibles y pueden instalarse fácilmente junto con la maquinaria ya disponible en el centro de producción.
A medida que la industria alimentaria se automatiza, la visión artificial va sustituyendo a la humana. Tras ver sus principales ventajas, ya se justifica la adquisición de estos equipos porque son capaces de resolver de manera muy efectiva los requisitos que demandan la industria alimentaria. Además de esta eficiencia operativa para las empresas, también ayuda a construir en la mente del consumidor la imagen de una marca responsable con materia prima sana, de calidad y sin contaminantes. Con la gran competitividad que hay en el sector alimenticio, es un valor diferenciador para las empresas que implementan estos sistemas de visión artificial