La impresión 3D y la robótica son dos avances tecnológicos punteros en la actualidad y con una proyección todavía más prometedora. Suelen aplicarse de manera independiente, pero también se utiliza la impresión 3D en la robótica y cada vez con mayor eficiencia. En esta entrada os contaremos cómo se combinan ambas tecnologías.
En los últimos años, la tecnología de impresión 3D ha supuesto una revolución a nivel global y está presente tanto en el mundo profesional como en particulares. No importa el área o sector en el que operen, las empresas más innovadoras incluyen esta tecnología en alguno de sus procesos de fabricación.
Desde su llegada, los robots han sufrido una gran evolución en los últimos años. El desarrollo de la robótica y la llegada de la inteligencia artificial ha permitido que los robots funcionen sin intervención humana, es decir, completamente autónomos. Ahora, con el asentamiento de la impresión 3D, este campo sigue creciendo y evolucionando para ofrecer unas ventajas todavía mayores.
ÍNDICE
Conocemos como impresión 3D al conjunto de procesos que crean objetos tridimensionales añadiendo sucesivamente capas de un determinado material. En este proceso se genera un objeto físico y tangible, a partir de un modelo digital, el cual es calcado en unas dimensiones previamente establecidas.
El dispositivo principal de este proceso es la impresora 3D. Se trata de la máquina encargada de recibir el diseño digital, normalmente diseñado en ordenador, y transformar el material en un objeto a través de la superposición de capas.
Aunque la impresión 3D puede funcionar con prácticamente cualquier material, el más común en este proceso es una combinación de plástico y metal. Se han creado también objetos utilizando hormigón, arcilla, fibras de madera e incluso comida. También se está investigando acerca de utilizar tejidos vivos en la impresión 3D para la creación de prótesis, huesos y válvulas cardíacas, entre muchas otras.
La impresión 3D tiene presencia en prácticamente todos los sectores y son diversas las funciones que se le pueden dar a los objetos creados a través de esta tecnología. Os exponemos algunos de los ejemplos:
Por supuesto, otra de las áreas en las que se implementa la impresión 3D es en la industria robótica. A continuación os explicamos las ventajas de combinar estas dos tecnologías.
Los increíbles niveles de precisión que se alcanzan con la impresión 3D permite crear piezas o accesorios para los robots que mejoran su funcionamiento y optimizan sus tareas. También existen robots creados, íntegramente o alguna de sus partes, a través de una impresora 3D.
Otro de los beneficios que se obtiene es el gran ahorro que obtienen las empresas al fabricar productos por impresión 3D. Hablamos de un precio mucho menor que fabricándolo con los métodos tradicionales, además de desperdiciar una menor cantidad de material, lo que supone una mayor rentabilidad.
En función del tipo de robot para el que se aplica la impresión 3D se utilizan un tipo de material u otro. En lo que se conoce como la robótica dura (la mayoría de robots son de este tipo), se utilizan materiales rígidos y fuertes, como el titanio, para crear piezas de un robot. En cambio, en la robótica blanda, se utilizan materiales mucho más flexibles que son difíciles de moldear con los métodos tradicionales, como la silicona, para fabricar pinzas o manos para el robot.
En EDS Robotics disponemos de varias impresoras 3D con las que creamos pinzas o manos para el robot que se adapte al tipo de producto, mejorando así el rendimiento de nuestros sistemas y perfeccionando el agarre.
Sin duda alguna, la impresión 3D nos abre un abanico de posibilidades y da pie a la innovación combinándolas con otras tecnologías. Algunos expertos sostienen la idea de que la robótica y la impresión 3D cambiarán la forma en la que se adquiere la materia prima, de igual manera que mejorará los procesos de producción y los tiempos de entrega, pero eso es algo que, tarde o temprano, acabaremos comprobando.