La situación actual en lo que a aislamiento y pandemia mundial se refiere, ha sido el impulso que le hacía falta a los fabricantes de todo el mundo para incursionar en la ya tan conocida cuarta revolución industrial, donde la producción automatizada y la asistencia robótica, combinada con el trabajo remoto, son el principal frente de acción para mitigar el impacto de la crisis económica mundial en la industria productiva.
Estamos en una época que exige cambios importantes, tanto en nuestra habilidad logística, como en la creatividad para hacer frente a nuevos y más grandes desafíos de producción.
Veamos por qué las soluciones de automatización industrial se están haciendo tan necesarias para todas las industrias imaginables en este momento y sincerémonos: ¿Son rentables? ¿Vale la pena automatizar la producción en tiempos de Covid-19? ¿Hasta qué punto se puede autogestionar una línea de producción?
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La cuarta revolución industrial promete entornos de máxima operatividad, costes reducidos y la ejecución de toda la línea de producción y logística interna, simplemente introduciendo en la planta la materia prima, teniendo como resultado un producto terminado y de calidad, con la mínima intervención humana, con la posibilidad además de poder monitorizar los procesos por completo de forma remota en tiempo real.
Ciertamente, esto es un modelo ideal y aún no hemos llegado a este esquema perfecto. Pero lo que sí es una realidad, es que hoy en día todos los trabajos manuales y repetitivos pueden ser automatizados y tenemos ejemplos de ello en todo el mundo.
Es necesario avanzar aún más en los elementos descritos en la cuarta revolución industrial para tener una producción automatizada al 100%: ambientes adaptativos, maquinaria que permita integrar nuevos componentes, reconfiguración e inteligencia artificial.
Pero más allá de eso, cada día somos más conscientes de la eficacia de los equipos que el mercado puede ofrecer para dar solución a la industria productiva y reducir costes, que se traducen en una mayor competitividad y un impacto positivo para las empresas y las naciones.
Uno de los principales atractivos que ofrece la automatización frente a esta situación de pandemia mundial, es la capacidad para disminuir la dependencia funcional del personal humano dentro de las plantas de producción, sobre todo en entornos manuales.
Los robots colaborativos, los algoritmos de inteligencia simulada, los sistemas de visión artificial y realidad aumentada están cambiando nuestra manera de producir, demostrando ser extremadamente más eficientes que un empleado convencional. Además, generan entornos de trabajo más seguros, con productos menos manipulados, con menos riesgo de daños y una productividad más consistente en cualquier industria.
Los sistemas automatizados, apoyados por los softwares correctos, pueden enviar correos y generar informes útiles para el trabajo flexible y la gestión no presencial, en entornos donde los recursos intelectuales humanos son indispensables.
Uno de los estigmas más grandes a los que se enfrenta actualmente la automatización de los procesos industriales es la creencia de que el ROI (Return On Investment) o retorno de inversión es a muy largo plazo, pero la verdad es que esto ha cambiado muchísimo en los últimos años.
Se estima que el ROI de una solución robótica o automatizada se obtenga en un periodo razonable de entre 1 y 3 años para empresas de menor volumen productivo. Aunque estos números dependan realmente más de la empresa y el fabricante, nos da una idea básica de la que partir.
Ha todo esto, se le suma la precisión y consistencia en las operaciones, disminuyendo los errores humanos que puedan acarrear pérdidas, lo que en la actualidad post pandemia sería crítico.
Además, un foco de infección por Covid puede dejar inoperativa toda una línea por semanas y comprometer la seguridad de los clientes.
Como argumento final, en cuanto a la rentabilidad de automatizar la producción, los costes de inversión necesarios para adquirir el equipo técnico son cada vez menores.
Otro atractivo que no podemos pasar por alto es la capacidad de adaptación y flexibilidad de estas soluciones automatizadas para enfrentar tiempos de cambio como la “nueva normalidad” post Covid.
El equipo robótico inteligente se adapta a las demandas estacionales, por lo que pueden amoldarse a cambios en la cadena de producción de forma eficiente, dependiendo de la demanda.
Esto es principalmente útil a largo plazo, ya que con el mismo equipo podemos trabajar diferentes volúmenes, e incluso dependiendo de la herramienta, programarlas para ejecutar nuevas tareas que satisfagan mejor las necesidades de los clientes y los nuevos estándares del fabricante.
Fuera del atractivo capital que presentan las alternativas de automatización como contingencia ante los tiempos de pandemia, debemos pensar sobre todo en industrias de producción vital para la sociedad, como es el caso de los productores de alimentos o material médico.
Reducción de costes implica mejores ofertas y un impacto social importante como motor para la economía de cualquier país.
Más allá del debate sobre la implementación de la robótica y la automatización industrial en el aspecto social, es innegable que las marcas líderes cada vez son más conscientes de las virtudes y facilidades que brinda ante muchos retos.