Lo primero de todo es que hay que partir de la base de que el término inteligencia artificial es un término un poco complicado de definir. Esto es así porque lleva usándose desde la segunda mitad del siglo XX, se aplica a muchos ámbitos de las ciencias y de las empresas y cambia casi a diario.
Una de las definiciones más simples la encontramos en Wikipedia, que dice que la IA o AI (Artificial Intelligence) se trata de la inteligencia llevada a cabo por máquinas. Es decir, la Inteligencia Artificial trata de simular la inteligencia de un ser humano a través de máquinas, sistemas informáticos u ordenadores que están dotados de capacidad de reconocimiento, percepción, aprendizaje y resolución de problemas.
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Aunque creamos que esta tecnología nos es muy ajena en nuestro día a día, esto no es así para nada. El ejemplo más cercano que tenemos más a mano y que hace uso de la inteligencia artificial para facilitarnos el día a día es nuestro smartphone. Tal vez algunos no se hayan dado cuenta pero, desde hace varios años, en la galería del IPhone y de otras marcas de móviles se crean automáticamente álbumes de las caras de las personas que aparecen en nuestras fotos, incluidos nosotros mismos.
¿Cómo creéis que se consigue esto? En efecto, con inteligencia artificial. Otra anécdota que confirma el uso de esta tecnología ha sido la desescalada tras la cuarentena que ha habido en España a causa de la CO-VID 19. Las fases de esta estrategia han supuesto un verdadero reto en un país tan cálido como es España en pleno verano. Muchos ayuntamientos han tenido que contratar empresas que pudieran instalar sistemas de control de acceso y aforo en las playas. La mayor complicación era tener información real e inmediata para poder satisfacer las necesidad de playa de los ciudadanos pero al mismo tiempo contener la propagación del virus. La tecnología de reconocimiento facial basada en Inteligencia Artificial han sido la solución perfecta para esta situación. Estos son sólo dos ejemplos de la aplicación de la IA en algunos ámbitos pero está presente en muchos más como el sector automovilístico, sanitario, educacional, etc.
Pese a que a lo largo de la Historia han habido varios highlights donde aparecieron ejemplos de precursores de IA, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial y años posteriores donde se inició y acuñó el término moderno de Inteligencia Artificial. Esto nos sirve para, además, aprender un poco de historia sobre el conflicto bélico que se dio en la primera mitad del Siglo XX.
El británico Alan Turing es considerado el padre de la AI. Se ha afirmado muchas veces que este matemático consiguió adelantar el fin de la guerra dos años, gracias a que consiguió descifrar los mensajes encriptados del ejército alemán (recogidos en la famosa máquina Enigma) para las potencias aliadas.
A partir de ahí, empezó a investigar y teorizar sobre si las máquinas pueden llegar a pensar como los seres humanos y aunque él no fue quién acuñó el término de AI, sentó las bases para lo que posteriormente, expertos como John McCarthy, Marvin Lee Minsky o Allen Newell definieron como Inteligencia Artificial. Estos concretaron que la IA trabaja de tal manera que actúa como las personas de manera racional y razona como las personas de manera racional.
Teniendo en cuenta las capacidades de la IA anteriormente nombradas, y según los expertos Stuart Nussell y Peter Norvig, distinguimos cuatro tipos:
Aunque más o menos nos podemos hacer una idea de la Inteligencia Artificial, nos falta preguntarnos y explicarnos cómo funciona este tipo de tecnología. Esto está muy relacionado con la psicología cognitiva y con la manera que tiene nuestro cerebro de funcionar. Como ya hemos dicho, trata de imitar pensamientos y acciones que sólo pueden ser realizados por el intelecto humano. De una manera resumida, la Inteligencia Artificial se desarrolla a través de algoritmos (capacidades matemáticas de aprendizaje) y de una serie de datos que “entrenan” a estos algoritmos. Estos datos, normalmente son observables y están disponibles porque son generados por empresas privadas o instituciones públicas. Los algoritmos iteran sobre estos datos para aprender a partir de ellos y actuar de una manera u otra.