Cuando los robots industriales salieron al mercado, el pensamiento general siempre fue que las máquinas terminarían reemplazando al hombre dentro de las industrias. La realidad de la visión industrial 4.0 terminó por desechar todo eso.
Los robots modernos han sido diseñados bajo una premisa diferente: adaptarse a las necesidades industriales, para trabajar de la mano con el personal humano.
Veamos de qué se trata esto de los robots colaborativos y por qué se están aplicando masivamente en tantas líneas de producción.
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Sobre el papel, los robots colaborativos son aquellos que están pensados para trabajar en conjunto con el personal humano, pudiendo incluso compartir el mismo espacio de manera segura.
Gracias a esta forma de trabajo combinada hombre-máquina, los fabricantes aprovechan las ventajas de las herramientas tecnológicas como su precisión, velocidad y efectividad a lo largo del tiempo, mientras se benefician de las capacidades intelectuales de el personal humano libre de tareas tediosas o que comprometan su seguridad.
Los cobots, como también se les conoce, suelen ser relativamente pequeños, articulados y con la capacidad de desempeñarse en las mismas actividades que pudiera hacer una mano humana, con los componentes adecuados.
Una de las principales filosofías del diseño de un robot colaborativo y una gran ventaja, es sin duda, lo seguro que es para su entorno. Posee sensores bien distribuidos con los cuales puede comprender lo que le rodea y evitar accidentes, colisiones con el personal u otros objetos deteniendo sus operaciones en seco si fuera necesario.
Esto es un elemento diferenciador con respecto a otras soluciones industriales clásicas que necesitan una distancia de seguridad, reglamentos estrictos de uso y aun así no siempre son capaces de prevenir por su cuenta accidentes.
Otras repercusiones importantes en el ámbito de la seguridad industrial que viene con la aplicación de los robots colaborativos, es su capacidad para manipular elementos peligrosos, pesados o con altos estándares de higiene como los alimentos, de manera excepcional.
Al poseer diseños compactos, no necesitar espacio extra y amplias restricciones de cercanía, un cobot es una excelente solución para optimizar el espacio de trabajo, pudiendo aplicarse en entornos muy exigentes sin perder efectividad.
Desde inicios del año 2020, después de que la pandemia mundial por Covid-19 obligara a las industrias a buscar mejores esquemas operativos, la optimización de espacios y líneas de montaje más pequeñas se hicieron cada vez más atractivas.
Necesitar menos espacio para operar, significa menos coste de mantenimiento de planta o alquiler. Esto es un plus especialmente útil para las pymes, quienes por lo general no disponen de grandes fábricas o poseen almacenes pequeños.
Esto permite aplicar soluciones de pick and place o paletizado en ambientes reducidos.
Se ha demostrado que la aplicación de robots colaborativos para tareas como el paletizado y la gestión de almacén, crea ambientes de trabajo físicamente menos exigentes. Reduciendo los accidentes o lesiones por falta de condiciones ergonómicas en valores cercanos al 90%, sobre todo cuando se cumplen los estándares de uso establecidos en la norma ISO 10218.
Gracias a las características de aprendizaje (machine learning), los cobots pueden ser reprogramados para realizar otras actividades en la línea de producción, lo que los convierte en una inversión altamente flexible y con alto retorno de la inversión.
Lo mejor de todo, es que los fabricantes ni siquiera necesitan adquirir un personal especializado en robótica industrial para reasignar sus operaciones, ya que cuentan con sistemas de software que ayudan a reconfigurar cada tarea.
Al ser relativamente ligeros, se pueden transportar fácilmente a cualquier otro lugar de la planta o área de trabajo, sin necesitar maquinaria de transporte especial.
Gracias a sus características particulares y su capacidad articular, los robots colaborativos se pueden implementar en una amplia gama industrial. Al ser máquinas, su precisión los hace valiosos en industrias como la farmacéutica, electrónica, automoción y diseño de piezas.
Su capacidad de aprendizaje les da la capacidad de realizar actividades de pick and place automatizado, packing, control de calidad y desmoldado de partes.
Gracias a que son compatibles con las tecnologías de visión artificial, los cobots pueden detectar anomalías en las líneas de producción y empaquetado de alimentos, pudiendo manipular de manera no invasiva los productos.
La automoción ha implementado cobots prácticamente desde su aparición en el mercado industrial, siendo la empresa Ford una de las principales inversoras de este tipo de soluciones.
Entendiendo que este tipo de maquinaria tecnológica puede trabajar sin parar, con o sin personal humano de apoyo, manteniendo de forma constante su nivel de operatividad, contar con la asistencia de los cobots se vuelve una clara ventaja competitiva a nivel industrial.
Actividades exigentes siendo automatizadas de manera eficiente, manipulación segura de los productos y reducción de costes, son elementos que repercuten en la calidad total de un fabricante y de forma indirecta, en la apreciación del cliente y de los empleados sobre una marca.
Los robots colaborativos son de diseño amigable, seguros, compactos y eficientes, por lo que son buena adquisición para grandes y pequeños fabricantes.
La automatización de actividades gracias a la implementación de tecnología colaborativa es la tendencia industrial del momento y parte importante en la visión de la producción del mañana.