Desde la invención del primer ordenador, los robots humanoides han sido protagonistas de incontables obras de ficción, y lo cierto es que esta idea de vida sintética se ha estado haciendo cada vez más real gracias las marcas más poderosas del mundo.
¿Qué se esconde detrás de su apariencia familiar? ¿Por qué la robótica insiste en crear máquinas con apariencia humana? ¿Es realmente útil su desarrollo?
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Los Robots Humanoides son aquellos que se diseñan específicamente para imitar la apariencia o funcionamiento de los seres humanos.
Estos robots poseen en su mayoría elementos antropomórficos, como dos brazos, dos piernas e incluso un rostro de apariencia humana realista hecha a base de piel sintética de silicona.
Algunos de estos robots poseen sintetizadores de voz para recrear interacción social.
Los más especializados, poseen diferentes elementos de inteligencia y visión artificial para simular acciones como expresiones faciales o imitación de movimientos.
Separemos por un momento la funcionalidad de los objetivos del estudio.
El desarrollo de los Robots Humanoides basa sus objetivos en una profunda compresión biomecánica y funcional de los seres humanos, un requisito fundamental para su constitución.
Después de todo, no se puede recrear lo que no se entiende.
Avances en esta rama del desarrollo tecnológico significan una compresión aún mayor del funcionamiento humano, tanto del cuerpo como del racionamiento.
En principio, esta iniciativa nació del deseo de conseguir mejores órtesis y prótesis para humanos con distintas discapacidades.
Con el tiempo, el éxito y popularidad de los robots de automatización industrial fueron guiando a la robótica humanoide hacia la intención de crear máquinas con la capacidad de realizar tareas inherentemente humanas.
La locomoción bípeda, asistencia inteligente, las interacciones sociales y la sustitución de personal humano en tareas peligrosas o repetitivas era (y sigue siendo) el horizonte.
Una vez que entendemos el objetivo de la tecnología, es más fácil asumir qué roles puede tomar esta dentro de la vida diaria y en el marco de los negocios.
Las más palpables y desarrolladas pueden ser:
El desplazamiento energéticamente económico, la capacidad de una visión elevada y la liberación de los brazos para la ejecución del movimiento es una de las más grandes aplicaciones de esta rama.
Principalmente llamativa para usos militares, de rescate y control de contingencia.
Un gran ejemplo de esto son los robots de tipo “Atlas” de Boston Dynamics.
Estudios de interacción humano-robot han demostrado el impacto que tienen a nivel cerebral los equipos con apariencia humana en nuestra toma de decisiones.
Este tipo de aplicaciones busca identificar y comprender las emociones de las personas y ofrecer acciones automatizadas (o inteligentes) en base a ellas.
En esa área se encuentran los robots de Entretenimiento como Úrsula, una famosa animadora de Universal Studios.
La inteligencia artificial proporciona a los equipos informatizados la capacidad de aprender, incluso en entornos masivos como las redes sociales.
Una aplicación secundaria de los robots humanoides es recopilar datos de sus interacciones previas para recrear formas más complejas de operar.
Una famosa muestra (aún en desarrollo avanzado) es el robot/IA Instagramer Lil Miquela.
Los robots humanoides no solo consiguen una ventaja funcional en cuanto a movimiento. Su forma tiene un uso practico.
Los robots con estructuras antropomórficas pueden utilizar un espacio diseñado para uso humano, lo que simplifica su adaptabilidad.
Navegación automotriz o inclusive viajes al espacio que no requieran de retorno a corto plazo son parte del futuro en esta área.
Dentro de un contexto doméstico, los robots asistentes requieren de un diseño amigable y funcional, para ello, la alternativa humanoide presenta muchas ventajas.
Esto, con la intención de que sean de agradable interacción y se puedan utilizar en la estructura existente de cualquier vivienda sin grandes modificadores.
Estas son las características que se han intentado emular en casi todos los prototipos conocidos hasta ahora. Uno de los más famosos referentes puede ser Pepper.
Aunque muchos otros prototipos, más completos, se trabajan actualmente con resultados impresionantes.
Al compartir características físicas con los humanos, al menos en cuanto a estética se refiere, hace que el factor social o interactivo sea una rama evolutiva lógica para esta tecnología.
Un ejemplo que impactó al mundo ha sido el conocido robot Sophia, el cual alberga un cúmulo de sistemas de software y hardware que le permite emular conversaciones coherentes con muy buenos resultados.
Sophia, aunque no puede pensar por su cuenta realmente, es capaz de generar expresiones faciales realistas dependiendo de la conversación.
Usando visión artificial, pude recoger información de su interlocutor y utilizarla como referencia para sus conversaciones.
Aunque este poderoso chatbot con interfaz humana no representa la epítome de la evolución robótica, es innegable que, en un entorno social limitado, sus interacciones llegan a sentirse completamente vivas.
Esta es la razón que la ha puesto ante los reflectores en conferencias de talla mundial, entrevistas de programas famosos e incluso le hizo galardón de una nacionalidad…
El robot humanoide Tokyo es una aplicación muy popular como asistente de eventos, hostelería y en entornos de negocios.
Este tipo de diseños hace destacar el papel de la tecnología dentro de la plantilla comercial.
Siendo capaces de entender a la perfección los comandos de voz e interactuar de manera eficiente con los visitantes, entender su estado de ánimo y necesidades, para dar soluciones prácticas de manera automática y semiautomática.
¿Pueden usarse los robots humanoides a nivel industrial?
Pregúntale eso al equipo de Tesla y a su Tesla Bot, el asistente de planta de automatización de actividades humanas repetitivas.
Este robot basa su diseño en la tecnología de navegabilidad autónoma de los coches de la compañía, para crear una estructura humanoide capaz de discernir sobre actividades básicas, trabajar de manera segura en entornos industriales y ser amigable con el ser humano.
Mediante el uso de visión e inteligencia artificial, se espera que el super humano Tesla pueda automatizar todas las actividades aburridas o peligrosas con una alta eficiencia.
Soluciones similares a esta les aseguran a los robots humanoides una gran plaza dentro de la industria autónoma y colaborativa del mañana.
¿Listo para ver lo que viene?