La trazabilidad de productos es una herramienta de control y gestión de calidad bastante subestimada, pero muy útil si se sabe implementar. En muchas industrias es necesario e incluso obligatorio tener mecanismos mínimos de trazabilidad, aunque sean manuales.
Veamos de qué manera interfiere la trazabilidad en los procesos industriales y cómo impacta al control de calidad de los productos, desde el inicio hasta el final de la vida útil del mismo.
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Dentro del ámbito industrial, se le llama trazabilidad a toda la documentación, registro y datos referentes a un producto y su recorrido a través de cualquier línea de producción, hasta que este llega al cliente final.
De la misma manera, todos los sistemas o dispositivos que permitan almacenar y gestionar la información o la historia de un producto pertenecen a esta categoría.
El lote de materia prima, los procesos a los que se sometió el producto, las maquinarias que se usaron para trabajarlo, la fecha en la que se finalizó su producción, los datos del paquete en el que fue embalado y su destino. Todos estos elementos forman parte de la trazabilidad de un producto.
La trazabilidad puede clasificarse y tiene diferentes usos, niveles de complejidad y herramientas, dependiendo de su naturaleza puede ser:
Involucra todo el recorrido de la materia prima y la transformación de la misma en el producto. Esto hace referencia a todos los procesos que ocurren dentro de la línea de producción previo al despacho de los ítems. Incluye la documentación o almacenamiento de los datos recolectados.
La trazabilidad externa es la adición de nueva información a los datos que ya se tienen del proceso interno, que por lo general es el recorrido que tiene el producto una vez que se empaca y sale de la industria, como número de paquetes, id de rastreo, número de despacho y fecha de recepción del producto.
Imaginemos que somos los responsables del control de calidad de una industria y manejamos un producto enlatado (puede ser cualquier producto), para llevarlo a término, se requiere que la materia prima que recibimos del proveedor A y B se procese en cualquiera de nuestras maquinas, siguiendo unos pasos muy particulares.
Supongamos ahora que tenemos 3 líneas de producción donde se fabrican dichos enlatados. Una vez que están listos, los enviamos en diferentes despachos a todos nuestros clientes finales.
De haber un problema con el producto: comida en mal estado, de mala calidad, latas dañadas, desperfectos en el empaquetado… ¿Cómo podríamos saber qué está fallando? ¿De qué manera corregiríamos el problema?
Para poder solucionar esto, es necesario hacer un recorrido histórico del producto, que sería imposible si no podemos saber dónde ha estado el producto, en qué maquina se procesó, en que fecha, quien fue el responsable de entregarlo en buen estado, de dónde vienen los materiales…
Gracias a la trazabilidad, ubicar cualquier desperfecto en la línea de producción o maquinaria especifica que creó el producto y entender qué ha fallado y provocado así una baja calidad en nuestro producto final es posible.
Llevar registros exhaustivos de la trazabilidad de cada producto es un trabajo complejo, que requiere de la captación de datos a gran velocidad para ser rentable. Es aquí donde los sistemas de automatización y visión artificial tienen el protagonismo.
Mediante la aplicación de códigos de barra y sistemas de lectora 2D (QR), se puede registrar la información del producto durante todas las etapas de preparación, incluyendo materiales utilizados y las maquinarias que intervinieron en la fabricación.
Gracias a esto, es posible clasificar productos que compartan línea productiva y enviarlos a diferentes sectores, registrar defectos y desecharlos, así como la verificación del producto final en contraste con lo que se espera según el etiquetado.
La trazabilidad no es un concepto que se aplique únicamente a los productos industriales. Los procesos que tienen lugar fuera de la fábrica también tienen relevancia a estos conceptos.
La industria de seguridad con el control del personal, el envío de paquetes en despachos mixtos, lector de códigos 2D para la gestión de inventario, diseño de tarjetas con código impreso, el control de matrículas a través de visión artificial y mucho más, son ejemplos de la aplicación de sistemas de trazabilidad.
Mientras más sepas de tu producto más herramientas dispones para mejorarlo, asegurando para tu cliente final el mejor de los resultados posibles, diferenciándote así de la competencia.